En 1951 Achille Maramotti fundó una marca de moda que llamó, en un principio, Confezioni Maramotti. Nieto e hijo de modista, en su juventud pensó dedicarse a la abogacía pero finalmente decidió encauzar su camino hacia la moda, a pesar de no haber recibido formación específica en este sector. Maramotti empezó copiando piezas que veía en las revistas pero el éxito que saboreó con estas copias le hizo plantearse seriamente la creación de su propia marca que finalmente ha sido conocida como Max Mara.
En el año 1981 la diseñadora Anne-Marie Beretta crea el abrigo 101801, prenda insignia de la firma, de lana y cachemir en color camel. Una pieza de patrón ochentero con silueta oversize que ha perdurado intacta durante todos estos años y a la que a todas las mujeres sienta bien. Sin lugar a dudas, el modelo más vendido de Max Mara en toda su historia. Dos años más tarde, en 1983 la casa italiana debuta en la pasarela de Milán. Por esta prestigiosa firma italiana han pasado grandes personalidades del mundo de la moda como Franco Moschino y Jean-Charles de Castelbajac.
La mujer Max Mara es aquella que quiere vestir bien en su día a día y sentirse cómoda sin perder un ápice de estilo desde la mañana a la noche. Las prendas de la firma están pensadas para las mujeres trabajadoras que necesitan prendas cómodas pero que no dejen de ser elegantes y con un toque chic. La clave de su gran éxito es la creación de prendas para la mujer cuidando al máximo cada detalle.
La firma sigue teniendo carácter familiar pero con una enorme visión y proyección internacionales. En la actualidad está presente en más de cien países y cuenta con 4.500 empleados. Además, la empresa italiana promueve y apoya el arte y la cultura creando premios como el Art Prize for Women.
Fuente: InStyle Magazine